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El Cinturón de Perlas o la Leyenda de la Isla del Caño

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  LENGUA CHURRA. (2012, 2 de febrero). RESERVA BIOLÓGICA ISLA DEL CAÑO . [Entrada de blog]. En Ecosistemas de Costa Rica . Recuperado de https://ecosistemasdecostarica.blogspot.com/2012/02/reserva-biologica-isla-del-cano.html El episodio de los últimos días del período colonial, cuando el terrateniente don Manuel de Aguilar, atraído por las grandes riquezas del Golfo de Nicoya y de nuestras costas del sur, hizo del comercio de carey, de múrice y de perlas el eje de su existencia. Mondragón, el buzo temerario y audaz, junto con el "Chata" Cajina y sus marineros, condujeron a don Manuel a la Isla del Caño a buscar los tesoros que se decía, guardaban los cementerios indígenas que allí existieron. Don Manuel, tras dura pelea, obtuvo las perlas que guardaba el buzo en su cinturón. — El proceso de las Perlas, un capítulo olvidado entre el polvo de los archivos judiciales del siglo XIX  Nuestros archivos están llenos de cronicones y legajos sobre la mar de hechos sugestivos; per...

Amando Obando Jiménez (1902-1926)

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  Universidad de Costa Rica. (2014, septiembre 9). [Imagen de Facebook]. Recuperado de https://www.facebook.com/photo/?fbid=764932486878621&set=a.118765631495313&tn=%2CO*F Talentoso pianista y compositor nacido en Cartago con el siglo XX, cuya vida fue tan intensa como breve, falleciendo a los 24 años en su ciudad natal [1a, 2, 4]. Amando pertenecía a una familia de artistas [1a]; su padre, José Obando Fonseca, también compuso piezas como el pasillo Emilia y el Vals Jota: vivan los músicos [5]. Quienes lo conocieron dicen que fue un artista autodidacta, un "milagro de tenacidad" que, según sus contemporáneos, alcanzó una destreza extraordinaria en el piano y la composición [1a] a pesar de las carencias materiales y económicas. Juan de Dios Trejos S. incluso llegó a compararlo con compositores del peso de Liszt y Rachmaninov [2, 5]. Su dedicación era tal que pasaba horas interminables frente a su instrumento, un piano viejo que desarmaba para estudiar su mecanismo; s...

Fragmento de la noveleta "Cubaces tiernos en abril", de José Figueres Ferrer

"Nunca puedo hablar de Eloisa, ni de la casualidad en que se vio envuelta, que tanto parece interesar a la gente de hoy, sin recordar aquel viejo Camino del Sur. En el tiempo en que llegué a Frailes, jovencito, la gente mayor se maravillaba todavía de que hubiese paso de carreta, ¡no se puede creer!, desde los confines del Copey hasta la pura Capital de la República. Medio siglo emplearon los labriegos descalzos que empujaban hacia el Sur la frontera del territorio habitado, para abrir aquellos 70 kilómetros de trocha de carreta, a pico y pala, casi con las uñas, cuesta arriba y cuesta abajo, vuelta y vuelta, prefiriendo pasar por las crestas o "filas" de las montañas, porque requieren menos excavación que las faldas laderosas, a veces ensanchando simplemente los correderos de las dantas y los cabros montañeses. Al principio, los pioneros se abrían paso a cuchillo por el bosque y el charral, y viajaban a pie con carga al hombro. Después picaban un trillo, y los más pudie...

El son de los novios

  Danza tradicional en los casorios campesinos. Cuando la pareja de novios venía de lejos a casarse a la villa o pueblo, el novio traía a su prometida a la "polca" (montada en el anca y a "a la mujeriega" (con ambas piernas del mismo lado del caballo)). Venía seguido de un hermoso cortejo de padrinos a caballo, cada uno con su respectiva compañera de madrina.  Cuando regresaba ya casado, volvía con su mujercita por delante suyo, sentada en la montura como que ya era su propiedad. Al llegar al rancho, familiares, amigos y parientes los esperaban a la entrada de los corrales al grito de "Vivan los Novios": Habían descargas y salvas de pólvora, cohetes y sones alegres de marimbas hasta que entraban al salón destinado a la fiesta profusamente adornado.  En largas mesas y en el suelo se apiñaban los regalos de los invitados. La marimba, guitarras, quijongo y chirimías, iniciaban la melodía "El Son de los Novios", mientras ellos desfilaban por el salón...

El Castigo del Zopilote en Guanacaste

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  Sáenz Lobo, J. "Chizo". (2017). [Ilustración del castigo del zopilote]. En C. L. Fallas Pastor & I. Rodríguez White (Comps.), Vivencias Liberianas. Lo que nos hace vibrar (2ª ed., p. 73). Ministerio de Cultura y Juventud, Centro de Investigación y Conservación de Patrimonio Cultural.  Tradicionalmente en Guanacaste, al final del año se realiza una vaqueada con el propósito de recoger el ganado y llevarlo a los corrales de la hacienda (1). Durante este evento, se marcan (hierran) a todos los terneros nacidos en el año, se curan a los animales enfermos y se destaza una res para alimentar a los sabaneros con carne fresca y "tiste" (bebida hecha con maíz y dulce de trapiche) (1). Cuando se mataba la res para la vaqueada, los zopilotes acudían al lugar a comer lo que se votaba del animal. Con una carabina vieja, se mataba a uno de estos zopilotes y se le colgaba de una rama de un árbol (usualmente un cenízaro) cercano a los corrales de piedra (1, 4). Este zopilote ...

La historia de la canción "Luna Liberiana"

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  Ilustración: Hugo Díaz. (1980).  [Ilustración sin título]. En Ministerio de Salud,  Salud para todos ,  N. 4 , p. 54. Asociación Demográfica Costarricense. La canción "Luna Liberiana" es un pilar del folklore costarricense y un verdadero himno para la ciudad de Liberia en Guanacaste. Fue creada en 1936 por el Maestro Jesús "Chucito" Bonilla Chavarría, oriundo de Santa Cruz. Nos cuenta don Jesús que la inspiración para esta melodía surgió durante una tranquila noche de verano liberiana. Bonilla y sus amigos estaban sentados en la acera de la casa "La Copa de Oro", ubicada a noventa y cinco metros al sur de la Gobernación de Liberia [1]. En medio de la quietud, la majestuosa aparición de una luna llena sobre la cordillera guanacasteca, bañando con su luz la "Ciudad Blanca", sirvió de musa para que el compositor plasmara en el pentagrama este bolero repleto de amor y sentimiento [2]. Bonilla mismo destacó la diferencia de esas noches de luna ...

Una leyenda sobre las Cicracas

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  Ilustración:  Anónimo. (1966). [Ilustración para "Brujería"]. En R. A. Rodríguez Gutiérrez, Cuentos y leyendas costarricenses (2a ed., p. 116). Tormo. UNA VEZ EN CAÑAS LAS CICRACAS DESAPARECIERON LA TERNERADA DE UNA FINCA Es un cuento de Rafael Armando Rodríguez Gutiérrez, escrito con sumo gusto para el distinguido caballero, Lic. don Nelson Chacón Pacheco.   Resumen Según Don Narciso Gómez, allá por el año de 1890, la ternerada de Cañas desapareció de manera misteriosa y por más que la buscaron no la encontraron; este fenómeno se repitió algún tiempo después y se le atribuyó a las Cicracas: En la mitología lugareña se asegura que las Cicracas son viejas brujas que viéndose a punto de morir usan su química en su persona y por arte de encantamiento logran evitar la muerte, pero eso sí, perdiendo sus formas humanas. Dan gritos espantosos cuando van volando de un lugar a otro y son enemigas mortales de los duendes, a los cuales persiguen terriblemente para devor...